Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Llama la atención que esta semana la secretaria de Educación en el estado, Yarabí Ávila González, pretenda realizar una serie de cambios al interior de la dependencia que comanda, lo que obviamente afectará a una parte de los trabajadores de la dependencia; según el dirigente de la DIII 6 institucional, Juan Manuel Macedo Negrete, en un tono bastante molesto, dijo que esto no genera confianza para transitar con respeto, a la vez que mostró su rechazo por el nuevo organigrama que se quiere imponer al interior de la dependencia estatal, donde se incluye la desaparición de la subsecretaría de Educación Media Superior y Superior y de los programas compensatorios.
A Yarabí Ávila le ha llovido por todos lados, así que no le debe extrañar que Macedo Negrete le diga que no comparten su propuesta, además de que lo han expresado en muchas instancias, a quien incluso acusa de tener los oídos tapados.
Se debe reconocer que Ávila González ha emprendido una justificada reducción del bastante grueso aparato administrativo de la SEE, como es la subsecretaría citada, además de algunas direcciones y jefaturas de departamento que eran absolutamente innecesarias, pero la crítica cabe en el sentido de que el ajuste debería ser más fuerte, porque lo cierto es que la secretaría tiene mucho personal que sólo va a calentar el asiento o a crear broncas.
Para nadie es un secreto que la dependencia está convertida en una agencia de colocaciones por partida doble: por una parte es el gobierno en turno, que envía a recomendados, participantes de campañas, compadres, amantes y varios indeseables más, pero sin ningún perfil académico o de a perdis de servicio público. Pero por otra parte también es agencia de colocaciones de los sindicatos magisteriales, lo mismo el oficial que los disidentes, que se han despachado también con la cuchara pozolera con plazas a diestra y siniestra.
En ese sentido, es un secreto a voces que para colocar a personas provenientes de compromisos políticos o sindicales, se crean departamentos, direcciones o asesorías, entre otros, para encontrar acomodo a los recomendados y si no lo creen, nada más vean las broncas en los subsistemas educativos.
Hoy se le está apostando a que Yarabí Ávila no le saque, sea respaldada por el gobierno del estado y que se mantenga firme, contra viento y marea. Que este ajuste sea solo el inicio de un proceso que lleve a mediano plazo a reducir a su mínima expresión una dependencia que, así como está hoy, no solo es depredadora de presupuestos, sino ineficiente a más no poder. Ya el tiempo lo dirá.
Y si de abusos estamos hablando, toda esta semana grupos de pseudo estudiantes de la Normal de Tiripetío han estado boteando en las inmediaciones de dicho centro de estudios, además de secuestrar diversos vehículos automotores, sobre todo los que traen las frituras y bebidas que les gustan. Y es que es de recordar que hace unos días estudiantes de la Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” anunciaron una “jornada de lucha” permanente debido a que argumentan que las instancias educativas y gubernamentales se han negado al cumplimiento de acuerdos establecidos y minutas de un pliego petitorio de la institución.
Habría que recordar que cada mes se destina, en promedio, un millón de pesos para los estudiantes de la escuela de los Tiris y no hay adeudo con ellos. Es por eso que la SEE hizo un llamado a los jóvenes normalistas a que continúen con su formación docente, así como a seguir los procesos para la asignación de plazas en el marco de la ley, en otras palabras, que dejen de estar enchinchando.
Y ya para finalizar, diremos que sigue sin fecha aún el relevo en la titularidad del SPUM; el dirigente del gremio, Jorge Ávila Rojas, apuntó que ahora se tiene que revisar el estudio sindical y conocer la ruta para dicha tarea pendiente, por lo que aún analizan las condiciones. La asamblea se contemplaba realizarla en el Auditorio de Usos Múltiples de CU en breve. Y hasta aquí por hoy…
