Bot y trolls, sucias herramientas políticas
Como si el tema de los bots fuera nuevo y sin considerar que el tema noticioso atrae respuestas de las personas, tanto a su favor como en contra, AMLO acusó que sus opositores usaban “millones de pesos” para una campaña contra él
Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Al presidente Andrés Manuel López Obrador algo le molesta, así que anunció el 14 de febrero que habría una nueva sección en su conferencia de prensa matutina, la cual se denominará “Quién es quién en los bots”, cuyo fin será dar a conocer las supuestas campañas de manipulación y falsedades que ya son cotidianas en las diversas redes sociales y no nada más en contra suya.
En su consideración para lo anterior, dijo en la mañanera que “de este manejo de redes sociales con bots hay que alertar a los jóvenes que están muy expuestos, hay que informarles cómo opera esto, cómo esta mafia de publicistas, que es internacional, cómo funciona y esa va a ser una muy buena contribución”.
Ante la explosiva reacción social a la reciente publicación del periodista independiente Tim Golden, ganador del premio Pulitzer, respecto a los financiamientos del crimen organizado a sus pasadas campañas políticas, el mandatario respondió con “si les parece, vamos a abrir ese tema aquí en las mañaneras, podríamos hacerlo cada 15 días hablar del tema, porque es un asunto no sólo de México, sino que mundial […]. Es una sección, ya está, y lo vamos tratando y va a ir ayudando mucho”, agregó el mandatario nacional.
Como si el tema de los bots fuera nuevo y sin considerar que el tema noticioso atrae respuestas de las personas, tanto a su favor como en contra, AMLO acusó que sus opositores usaban “millones de pesos” para una campaña contra él y su gobierno en las redes sociales. Aseguró que el hashtag que lo ligaba con el narco, tenía más de 170 millones de vistas, lo que, según él, era un “mecanismo de manipulación”, en donde se usaban robots.
“Pero cómo opera eso y cuánto cuesta, porque estamos hablando de millones de pesos una campaña así. Voy a invitar a uno o dos especialistas, porque esa es una amenaza hacia adelante, ya no en el caso de nosotros. Afortunadamente en México, la gente está muy politizada, está muy consciente, en vez de afectarnos, nos fortalecen”, insistió.
El titular del Poder Ejecutivo Federal enfatizó en la necesidad de abordar el fenómeno de los bots, señalando que representaban un instrumento de manipulación eficaz, que pudiera socavar la democracia y los intereses nacionales.
Pero no fue sólo el presidente el interesado en desviar la atención de las y los posibles votantes de las candentes afirmaciones de Golden; previamente, el 13 de febrero de 2023, Jorge Álvarez Máynez, precandidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), acusó a los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), que integran la coalición “Fuerza y Corazón por México”, de financiar una guerra sucia en su contra en redes sociales, por lo que presentó una denuncia en el Instituto Nacional Electoral (INE).
El diputado federal con licencia afirmó que la coalición opositora financiaba bots y omitía reportar gastos en plataformas digitales, e incurría en aportaciones de entes prohibidos. También urgió a Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, precandidata a la presidencia de la república, a deslindarse de la campaña en su contra.
En la denuncia, Álvarez Máynez solicitó que el órgano constitucional autónomo investigara detalladamente la actividad en redes sociales durante el periodo electoral, rastreara perfiles sospechosos, indagar la adquisición de bots y convocara a expertos en tecnología, para detectar y documentar el uso de las cuentas falsas con fines electorales.
Y fue más allá, al señalar que “en los últimos días, se ha intensificado la guerra sucia del PRIAN a través de bots y trolls. Son los mismos que impulsan la campaña #NarcoPresidenteAMLO y #NarcoCandidataClaudia, entre otras. Hoy lo denunciamos ante el @INEMexico; se debe contabilizar ese millonario gasto”, escribió el precandidato presidencial de MC, en su cuenta de la red social X.
Para completar, el 11 de febrero, Mario Martin Delgado Carrillo, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, acusó que existían 161 mil cuentas falsas que impulsaban una campaña en redes sociales, en contra del presidente López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo, precandidata presidencial de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, integrada por los partidos Morena, del Trabajo (PT), y el Verde Ecologista Mexicano (PVEM).
Durante una conferencia de prensa, Delgado Carrillo aseguró que las cuentas falsas, también conocidas como “bots”, provenían de 50 países. Para llegar a esta conclusión, un equipo de simpatizantes de Morena analizó las redes sociales durante 10 días, lo que arrojó que, de 308 mil cuentas analizadas, 161 mil eran realizadas por computadora, aunque esto no parece ser otra cosa que golpes de pecho para justificar algo que también es cotidiano entre los simpatizantes de Morena.
Falsas tendencias, cero credibilidades
Hoy por hoy las redes sociales aparecen en todos los rincones de nuestras vidas, y poco a poco se han convertido en una herramienta esencial para hacer política a todos niveles (aunque sus actores se empeñan en negar públicamente que recurran a ellas). El hecho es que les sirven como complemento de otros medios (más lícitos) para transmitir mensajes de forma casi inmediata. El problema viene cuando en lugar de hablar con personas, la conversación se centra en cuentas falsas, como son los bots y sus gamberros, los trolls.
El término no es nuevo, es conocido en todo el mundo desde hace más de una década, cuando se popularizaron las redes sociales y cuando la clase política se dio cuenta de su potencial para alcanzar sus fines. La palabra en cuestión viene de la palabra “RoBot” y es la forma como se le denomina en el argot tecnológico a las cuentas que simulan ser personas en una red social y son creadas con un fin determinado, completamente distinto al normal o habitual de un usuario que busca interactuar o convivir con otros usuarios.
Cuando nacieron, los bots eran cuentas que creaban los mismos usuarios para publicar cosas que no mostrarían en su cuenta original y en ocasiones les servían como válvula de escape para contenidos comprometedores o incluso escandalosos. Es común que las celebridades tengan una cuenta paralela para poder publicar algo sin comprometer su reputación y que, de todas maneras, cuando se les rastrea, son exhibidos y la denostación viene de inmediato.
Aunque todos simulan ser personas, existen de diferentes tipos, dependiendo para qué son usados y por lo general cumplen únicamente con una función, lo cual facilita de alguna manera su detección. Aunque es muy complicado hacer un catálogo de los mismos, sí se pueden hacer algunas clasificaciones por sus funciones. De esa manera, se tienen los bots de prueba, que son usados por algunos desarrolladores para probar la interacción de sus aplicaciones entre varias cuentas, reproduciendo así un entorno controlado; otros son los bots de seguimiento, cuyo único objetivo es seguir a otras cuentas para ofrecer productos en venta. Su estrategia es la de inflar las cifras de seguidores, generalmente para dar una idea de popularidad. Estos también son muy utilizados en campañas políticas.
Existen los bots de tráfico, un poco más complejos, porque buscan generar intercambio en sitios web de manera artificial; algunos de estos incluso hacen click en la publicidad para incrementar las ganancias del dueño del sitio. Aunque ya no son tan comunes porque Google hace unos años los combatió mejorando sus métodos de detección para que no afectaran a sus servicios de publicidad, en algunos casos se siguen padeciendo.
En redes sociales estos bots se usan para simular likes o clicks en links dentro de Facebook o incluso se utilizan para aumentar la cantidad de visitas en un video determinado de YouTube.
Los llamados trending bots se dedican únicamente a generar volumen de conversación de forma artificial en torno a un tema o hashtag, con la intención de convertirlo en trending topic en X (antes Twitter), aunque Google+ y Facebook ya cuentan con estos trending topics. Estos bots son ampliamente utilizados en campañas políticas con la intención de simular popularidad en un candidato determinado.
Y vienen los bots negativos; de inicio están los bots de crisis, que son los más comunes y que a diario vemos en todas las redes, sobre todo en momentos como este, cuando la pandemia además de sanitaria también es política y que se incrustan sobre todo en grupos de opinión en Facebook de diversa índole.
Su objetivo es el de simular movimientos en contra de una persona o una marca, buscando generar una idea negativa en seguidoras y seguidores; esto se hace usando palabras altisonantes, insultos, agresiones y todo tipo de lenguaje que ofenda a quien los lea. Pero también se utilizan para contrarrestar las opiniones negativas. Algunos de estos bots se encuentran programados para atacar en periodos de tiempo determinados para hacer el mayor daño posible, como sería en estos momentos en la mayoría de las plataformas de programas sociales manejadas por la actual administración federal.
Existe uno que apenas nació, se hizo popular de inmediato, es el conocido como troll, que frecuentemente es confundido con el bot; el troll es una persona que critica y ataca de forma sistemática a otra u otras, ejerciendo e incluso abusando de su derecho a la expresión en los medios sociales. Por lo general son molestos, ya que se esconden detrás de su propia cuenta para decir lo que no se atreven en persona. La principal diferencia de los trolls contra los bots es que lo primeros si son personas, a diferencia de los otros que son cuentas que no son quien dicen ser.
Cómo se identifica un bot
Los bots tienen ciertas características que nos permiten identificarlos para no confundirlos con las cuentas reales, algunos siguen una o varias de las opciones siguientes, lo importante en este caso es analizarlos en función de su comportamiento. Existen muchas formas de detectarlos, pero para quienes no están familiarizados con las redes sociales y sus contenidos, son fácil pasto de ellos y es frecuente encontrar personas reales en encarnizados pleitos con un bot o un troll, creando con ello tendencias falsas.
Uno de los factores a tomar en cuenta, es el radio de seguimiento, pues un usuario promedio sigue a otros usuarios y es seguido por otros tantos; en el caso de los bots suceden varias situaciones, ya sea que siguen a mucha gente y casi no lo siguen a ellos, o bien no siguen a nadie, pero publican mucho.
De igual forma, la intensidad de publicación es otro indicio, pues en lo que se refiere a los creados para tendencia o crisis, tienen un volumen de publicación muy superior a lo que se ve en un usuario promedio. Estos bots publican gran cantidad de mensajes en un lapso de tiempo muy corto y todos con el mismo mensaje o hashtag. Estos bots se pueden detectar también porque mandan varios mensajes a una misma cuenta en un lapso corto de tiempo y el mensaje siempre es el mismo.
Como los bots actualmente se crean por decenas, es difícil que los creadores pongan atención a dos detalles: no tienen siquiera una descripción básica de quienes son en el perfil y su avatar, porque contrario a los usuarios reales, que cuidan mucho la imagen que los describe, en la mayoría de los bots no cuentan con ella, y los que la tienen frecuentemente utilizan fotos de stock que no se ven naturales o lo que se esperaría de un usuario común.
Hoy por hoy los usuarios reales en Facebook y X cuentan con más de 2 perfiles, mientras que los bots se crean en la red social donde se van a emplear y por lógica no tienen cuentas en otras plataformas. Mediante herramientas tales como la SocialGraph se puede detectar si una cuenta tiene otros perfiles para poder determinar de acuerdo con el comportamiento que sigue en todas si es o no un bot.
Por la rapidez con que han crecido las redes sociales, es de admitirse que no existe actualmente ningún tipo de regulación en torno al uso de estos robots cibernéticos, así que su utilización es una cuestión más de ética de quien los usa, y debemos apostar en este sentido a la auto regulación, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ahora pretende lanzar una propuesta para su regulación, algo que no se ha logrado ni en sus lugares de origen.
Lo usuarios reales de las mismas redes sociales están en contra del uso de bots, el caso más concreto es el de X (antes Twitter), que desde mediados de 2011 estuvo dando de baja las cuentas que de acuerdo a la empresa eran bots y generan spam, pero tal parece que estuvieron en una lucha contra molinos de viento.
¿Cuánto gana un manejador de bots?
Entre quienes saben de las conocidas granjas de bots, se señala que tener muchos seguidores no es solo por vanidad, sino que demuestra la popularidad de una persona, sobre todo aquellas que se dedican a la política y a quienes los manejadores de bots en lo particular ofrecen sus servicios.
Su trabajo consiste en poner de relevancia a una persona en redes sociales y elevar su influencia en la opinión pública en cualquier tema, lo que es tan simple como hablar de una marca de zapatos o hasta de qué candidato es, según él o ella, el mejor.
Si esto siguiera un cauce normal, es decir, sin ninguna intervención y con personas reales, se efectuaría mediante mensajes interesantes o con interacciones con la audiencia (lo más común), pero en este sentido, el posicionamiento no es tan rápido, porque puede llevar meses o incluso años si se es una figura pública, celebridad o político (como el caso del presidente o los presidenciables).
Pero se puede acelerar, ¿cómo?, comprando seguidores o bots y esto se logra de la manera más sencilla y al alcance de quien tenga los fondos para ello. Es suficiente una sencilla búsqueda en Google para tener cientos de portales que por cantidades tan ínfimas como tres dólares (menos de 60 pesos) ofrecen 100 nuevos seguidores en cuestión de minutos.
El patrón o contratante nada más elige la plataforma: X, Instagram, Facebook, YouTube, SoundCloud… la que sea; es fácil detectar a las y los seguidores falsos, porque el número real de interacciones indican cuando hay bots o cuentas falsas.
Las celebridades pueden tener millones de seguidores y las interacciones en sus posteos se cuentan por miles todos los días, pero en el caso de las y los políticos, aunque tengan también millones de seguidores (lo que no es raro) sólo tienen algunos cientos de interacciones, lo que demuestra que tales seguidores no son reales, algo que es frecuente en las cuentas del presidente de la república.