Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Michoacán es tierra de contrastes… a veces es violenta, en otras ocasiones de desgracia es solidaria, pero siempre peculiar y con sus propios matices y colores. Ahora los difuntos están a días de llegar, así que los caminos se visten de flores, al igual que los terrenos cultivados en los campos cerreros; por donde quiera se ven las cabezas llenas de pétalos de colores, sobre todo de los tradicionales cempasúchiles, elemento infaltable en las ofrendas de los muertos.
Es así como del panteón a la casa, el camino se marcará con pétalos amarillos y naranja, así como de algunas otras flores que indican a las ánimas la ruta hacia el altar donde se alimentarán con los manjares de la ofrenda tributada por las familias.
El nombre de cempasúchil es de origen náhuatl y significa “la flor de veinte pétalos”; los mexicas la utilizaban para adornar altares y tumbas, pues creían que esta podía guardar rayos solares que iluminarían el camino a los difuntos.
Siguiendo la tradición, como si fueran uno solo, los michoacanos se vuelcan durante los días previos al 2 de noviembre a los panteones y templos para adornar con las amarillas flores el camino de los difuntos; no muchos lo identifican así, pero el municipio de Tarímbaro es uno de los principales productores de esta flor, de acuerdo con lo que señala el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Además de los muy aplaudidos magueyes pulqueros, en las tierras de este municipio muy cercano a la capital michoacana (y en ocasiones confundido con esta), se pueden observar los delicados madrigales. Conforme a la SIAP, son cerca de 25 hectáreas sembradas de cempasúchil, 21 de mano de león, también llamada celosía y 25 más de nube, las que son muy utilizadas como ornamento.
Conocedores de las amplias ganancias que pueden obtener con estos cultivos, cada año los campesinos locales llegan por la mañana a laborar desde las 7:00 horas a la parte de sus parcelas que fueron apartadas para sembrar flores. La nube se siembra en agosto, mientras que la mano de león se planta desde julio, debido a que requiere un proceso mayor de maduración, sin embargo, hoy sus tonos púrpuras son ya visibles; como las flores ya están listas para la venta, los hombres y mujeres del campo esperan pacientes a que lleguen los compradores, en tanto se dedican a cultivar hortalizas y maíz. La flor principal, el cempasúchil, fue sembrado desde agosto para que su floración fuera total en los últimos días de octubre.
En el periodo de tiempo que tardan en surgir las flores para los difuntos, los jornaleros alternan sus cuidados con diversas actividades, que van desde el barbecho hasta la aplicación de pesticidas. Las preocupaciones que ahora se les vienen encima tienen que ver desde el clima hasta el precio. Si hace mucho frío, la flor se les “quema”, si hay una sobre oferta en el precio, sobre todo por la competencia con el producto del estado de Morelos y Ciudad de México, no le sacan gran cosa de ganancia.
Para ellos, lo ideal sería que se vendiera en al menos 30 pesos el manojo, para sacarle algo después de cubrir el costo de la semilla, el pesticida, la mano de obra y todo lo demás, pero ante la competencia, el precio en que regularmente se encuentra es de 20 pesos a pie de parcela.
En el caso del pintoresco Tarímbaro, mejor conocido por su pulque y sus toritos de petate, resulta que es el municipio con mayor valor de producción de la simpática florecilla nube en todo el país. De igual forma, Michoacán es el estado con el segundo lugar en valor de producción de cempasúchil en la nación, de acuerdo con el SIAP, siendo Tarímbaro el municipio mejor colocado en este ranking. En el caso de la mano de león, otra vez Michoacán lidera la estadística en valor de producción y a la vez es el estado que más territorio de cultivo ocupa, pues de las 29 hectáreas que hay en todo el país dedicadas a este cultivo, 21 se siembran en Michoacán, todas en Tarímbaro.
Entrevistados en su localidad, frente a sus parcelas, Don Pancho Vélez y Benjamín Ocaranza ven esperanzados que este año puedan superar lo logrado el año pasado, cuando el precio de sus flores llegó a ser de más de 30 pesos el manojo (llegando incluso hasta 50). “Nos fue bien el año pasado porque se vendió todo y vi que más gente llegó a comprar la flor, lo que no acostumbrábamos, pues nunca vendíamos a más de 20 o 30 pesos, aunque al último nos llegaron a pagar entre 40 y 50, cuando no encontraron el producto en otro lado”.
Gracias a que este año fue un tanto seco, no sufrieron del embate de las granizadas, enemigos naturales de las flores en Tarímbaro pero, de todas maneras, para prevenir pérdidas, cultivaron otras flores que requieren de menos tiempo de cultivo y que crecen todo el año, como las zinnias, conocidas localmente como migueles, porque tardan dos meses en florecer, no necesitan tanto cuidado y se pueden vender todo el año.
En temporada normal, su precio es de 20 pesos el manojo, pero en esta época se pueden vender entre 35 a 40 pesos. Los entrevistados, con la esperanza dibujada en el rostro, dicen que lo único que están aguardando ahora es la fecha clave: el 28 de octubre, pues es ese día cuando tradicionalmente se observa un desfile de camiones para comprar las flores que serán vendidas en todos los panteones y mercados de Michoacán.
A preparar la fiesta de difuntos
Mientras las flores crecen y se prepara su comercialización, hay que organizar otros escenarios para recibir dignamente a los muertos en su visita al plano terrenal y a los turistas que desean ser testigos de ello, y eso es lo que hacen los municipios de Tarímbaro, Morelia y Copándaro, entre otros, donde ya se alistan con importantes festivales.
En el primero, del 20 al 22 de octubre, se realizará La Fiesta de la Flor de Cempasúchil, con actividades culturales, recreativas y gastronómicas; contará con un desfile y un concurso de catrinas y catrines, que rematará con un concurso de altares, en el que los participantes podrán expresar su devoción y amor por los seres queridos que ya partieron, mediante la creación de aras decoradas con flores, veladoras e imágenes.
Por lo que toca a Copándaro de Galeana, se ofrecerá el Festival de las Almas y las Flores 2023 en su tercera edición, prometiendo danza y música en vivo; tours guiados por los campos y su peculiar gastronomía.
Morelia no se queda atrás, ya que, con la tradicional celebración del Día de Muertos en puerta, fue anunciado esta semana que la tenencia de Capula se encuentra lista para iniciar la XIII Feria Nacional, Artesanal y Cultural de la Catrina, además de que la capital de Michoacán ya se está pintando de naranja con la siembra de más de 30 mil plantas de cempasúchil en todas las áreas verdes de la ciudad.
La flor en el mercado
De acuerdo con el SIAP, Michoacán se ha consolidado como líder productor de flores ornamentales empleadas en las tradicionales fiestas de Día de Muertos a nivel nacional, con una suma estimada de producción de flores de cempasúchil, mano de león y nube superior a los 15 millones de pesos.
El cempasúchil y la celosía son parte de los símbolos peculiares en los altares y ofrendas que se colocan al pie de las tumbas de los difuntos en todo el país; la primera es originaria del centro del país, pero su función no es únicamente para los altares del día de muertos, porque se utiliza para la cocina, como pesticida natural al traspatio y es un importante insumo colorante dentro de la avicultura.
Una utilización poco conocida de la flor viene de tiempos remotos, de las creencias de los primeros pobladores de Tarímbaro y Copándaro, quienes la empleaban para tratar el dolor de estómago, parásitos intestinales, empacho, diarrea, cólicos, afecciones hepáticas, bilis, vómito, indigestión, dolor de muelas y hasta lavados intestinales.
La homenajeada cempasúchil es un ícono en la celebración del día de muertos, lo que la convierte en un distintivo de México para el mundo. En Morelia es una de las flores más atractivas para adornar los altares, así que la demanda en los mercados en estas fechas es muy alta.
Una oferente del mercado Independencia, de Morelia, Martha Equihua, señaló que la flor se vende por manojo a un precio que parte desde 30 pesos; la mano de león se encuentra entre los 40 y 50 pesos y la más económica es la nube, que se oferta a sólo 15 pesos el manojo.
Sin duda, para la vendedora la fecha importante es a partir del 30 de octubre, aunque unos días antes, muchas escuelas y dependencias oficiales montan sus tradicionales altares y es cuando se desatan las primeras ofertas. Según la vendedora, las ganancias pueden resultar de aproximadamente 50 manojos de flores tradicionales adquiridos por los compradores por día.
La flor de cempasúchil es uno de los adornos más populares en las tumbas y ofrendas y sólo florece después de la época de lluvias, por esta razón se ha convertido, junto con las calaveritas de azúcar y el pan de muerto, en uno de los adornos de las fiestas de muertos; no es raro que en México la festividad de ese día coincida con el final del ciclo del maíz, lo que hace patente el homenaje que se brinda a la muerte a través de ofrendas colmadas de comida, hechas a base de maíz.
La fiesta de las flores apenas empieza
La presencia de las flores de Michoacán en el país no termina con el día de muertos, porque simultáneamente ya se tienen cultivadas poco más de 800 hectáreas de Nochebuena (ya con la mira puesta en la Navidad), las cuales este año arrojan una producción en la entidad de 7 millones 500 mil plantas, principalmente en los municipios de Zitácuaro y Ocampo, en el oriente michoacano. Vale la pena mencionar que el 60 por ciento de su producción en la entidad es cultivada por mujeres.
De acuerdo con las cifras que son manejadas por la secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (Sedrua), Michoacán también es líder en producción de la hermosa flor, al cultivar 13 variedades, destacando la prestige, blanca angélica, sonora, samoni, monet, nut y freedom de 4, 6, 7, 8 y 12 pulgadas.
La mayor plantación de nochebuena se concentra en las comunidades de San Felipe de los Alzati, Zirahuato de los Bernal, Puentecillas, Ocurio, Puerto Azul, La Mesa, Aputzio de Juárez y Rincón, todas comunidades del municipio de Zitácuaro y el mayor porcentaje de la producción se comercializa en el centro del país, aunque ya existe mercado en otros estados de la república mexicana.
Ya todo se encuentra listo para que el 8 de diciembre se celebre el Día Nacional de la Nochebuena, una fecha especial en la cual se promoverá la comercialización de la planta en todo el país. Y con todo, su real majestad está al alcance de todos, pues sus precios oscilan entre los 15 y los 120 pesos aproximadamente, de acuerdo con tamaño y la especie de la flor, por lo que se prevé que los más de 750 productores podrán colocar su producto y tendrán una buena derrama económica.
Mientras tanto, las hojas de nochebuena comenzaron a pintarse con sus colores característicos y los productores ya iniciaron la venta de las plantas que son un emblema de la navidad. Serán cerca de 8 millones de macetas las que se buscará comercializar en esta temporada; aunque los productores tuvieron que enfrentar recientemente algunos problemas con la humedad que se registró en las últimas semanas en la región, lo que implicó el riesgo de que las plantas se plagaran y se echaran a perder, todo parece estar en orden ahora y los coloridos viveros ya se pueden ver a bordo de carretera a la altura de la tenencia de San Felipe.
Sin embargo, negros nubarrones parecen opacar la esperanza y confianza de los nochebueneros michoacanos, porque tienen el fundado temor de que el 60 por ciento de la producción que se comercializa a través de la Central de Abastos de la ciudad de México se vea afectada por la competencia de los productores de Xochimilco, en la capital del país, y por los de Cuernavaca y Cuautla, en Morelos.
¿Quiénes son los clientes de los nochebueneros michoacanos?, la venta se realiza a través de intermediarios, quienes son los encargados de llevar la planta a vender al norte y centro del país, principalmente. Lo cierto es que el mercado del sureste del país es poco significativo, por lo que se buscará, en un futuro, promover la comercialización en esta zona y abrir mercados.
El cempasúchil, la celosía, la nube y desde luego la nochebuena no son las únicas flores que llenan de orgullo a los michoacanos. Desde hace varios años la camelina (conocida en el centro del país como bugambilia), es la flor que en la capital michoacana ha sobresalido por encima de las demás especies.
Fue por ello que, hace más de una década, el gobierno municipal del entonces alcalde Fausto Vallejo Figueroa hiciera la declaratoria de la camelina como flor distintiva de Morelia. Dicho nombramiento llevó a que en 2011 se plantaran en toda la ciudad 15 mil plantas de este tipo, aunque fue en el año 2008 cuando por instrucción del exalcalde arrancara el programa “Una Camelina para Morelia”, el cual arrojó buenos resultados, pues la ciudadanía donó 8 mil plantas que fueron colocadas, cuidadas y protegidas por todos los morelianos y las autoridades locales en toda la geografía municipal.
Hoy la ciudad de Morelia se engalana con una gran variedad de la bella planta, de cientos de colores, lo que realmente la hace lucir en algunas partes como un gran jardín, al grado que una de las principales avenidas de la ciudad lleva su nombre.
Es en ese florido marco que se dará la bienvenida a los difuntos, que en algunos lugares llegarán precedidos por mariposas, como ocurre en la región de Ocampo y Angangueo, donde se tiene la creencia que es precisamente el 2 de noviembre cuando llegan las emblemáticas mariposas monarca luego de su largo viaje desde Canadá.
Los lugareños dicen que no son mariposas, sino las almas de los difuntos que de esa manera retornan para estar nuevamente con sus seres queridos; las flores no son otra cosa que la mullida alfombra que les conducirá hacia donde ellos estén.
