La otra cara del fentanilo
La controversia actual con respecto al uso del fentanilo es porque ha dejado de ser para uso exclusivo médico y porque dada su potencia y la facilidad para conseguirlo, se ha convertido en una droga ilegal
Por: Rosalinda Cabrera Cruz
“Es verdaderamente cruel lo que estamos viendo con pacientes que sufren de dolor crónico o con enfermedades terminales… cuando la pandemia por COVID-19 era lo que más usábamos para ayudar a los enfermos, porque se aplicaba en la intubación, ahora lo único que podemos hacer es verlos sufrir porque los medicamentos alternativos que usamos no tienen la suficiente potencia para brindarles algún alivio”.
Con frustración e ira, lo anterior fue expresado por la anestesióloga Sandra Rodríguez (*no es su nombre real), quien labora para el Instituto Mexicano del Seguro Social en Morelia y quien asegura que sus superiores presionan al personal médico para no evidenciar lo que ya todo mundo sabe: que el fentanilo, antes popular anestésico y medicamento contra el dolor, ahora es usado por los grupos criminales como droga, lo que ha derivado en su prohibición en el país, algo que para muchos tiene más de político que de científico.
La entrevistada (quien pidió proteger su anonimato) se ha especializado en medicina del dolor y paliativa, y ha lanzado la voz de alerta en cuanto la falta del opioide en los hospitales, diciendo que dicha carencia comienza a llegar a los centros médicos del sector público, aunque los grandes centros hospitalarios e institutos (sobre todo los privados) todavía cuentan con el fármaco; aunado a esto, señaló que para agravar el problema, también hay escasez de sustitutos del fentanilo, como sería la morfina.
Aclaró que el fentanilo hasta ahora ha sido un fármaco básico en anestesia y en el manejo del dolor en pacientes con enfermedades terminales, y que su prohibición ha llevado a especialistas y anestesiólogos a perder su principal herramienta de trabajo.
La denuncia de la doctora Rodríguez coincide con lo señalado hace apenas unos días por la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD), donde a través de sus redes sociales indicaron que no hay disponibilidad de fentanilo en parche o vía oral para manejo de dolor crónico en la mitad de los estados del país, mientras que en cuatro de cada 10 entidades no cuentan con morfina.
¿Qué es el fentanilo?
El fentanilo fue fabricado por primera vez por Paul Janssen en 1960 y aprobado para uso médico en los EU en 1968; es un potente opioide sintético que, medicamente, se utiliza como analgésico y anestésico. Normalmente es recetado a pacientes con dolores intensos, especialmente después de una operación quirúrgica o las personas que atraviesan por un cáncer avanzado.
Cabe destacar que la sustancia, en varias formulaciones, aparece en la Lista Modelo de la Organización Mundial de la Salud de Medicamentos Esenciales ya que se le considera como una droga “segura” cuando se consume por un corto periodo de tiempo y de acuerdo con las recomendaciones de los médicos.
Pertenece a una clase de medicamentos llamados analgésicos narcóticos (opiáceos) y funciona al cambiar la manera en que el cerebro y el sistema nervioso responden al dolor. Cuando dio inicio su producción, hace ya décadas, el fentanilo se obtenía del opio que es extraído de la amapola, que en México se conoce como adormidera, aunque ya desde hace algunos años es posible fabricar algunos de estos medicamentos en laboratorios, sin usar la planta; no obstante, los opioides recetados por los médicos se elaboran directamente de la planta, mientras que el fentanilo ilegal se crea en laboratorios y es ahí dónde radica la confusión para tratar el medicamento como ilícito.
Para consumir el fentanilo como medicina, debe ser recetado por un médico y se puede administrar en forma inyectable, en forma de un parche que se coloca sobre la piel o en forma de pastillas que el paciente disuelve en la boca como si fueran pastillas para la tos y son precisamente estos medicamentos los que ya empiezan a escasear.
La controversia actual con respecto al uso del fentanilo es porque ha dejado de ser para uso exclusivo médico y porque dada su potencia y la facilidad para conseguirlo, se ha convertido en una droga ilegal.
Al respecto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha dejado saber a través de sus páginas oficiales, como una advertencia, que el fentanilo que es fabricado ilegalmente se vende en forma de polvo, en envases de gotas para los ojos o rociadores nasales y que cantidades pequeñas pueden tener consecuencias graves, pues tan solo 2 miligramos (alrededor de 20 veces un grano de sal) pueden causar la muerte.
Se ha vuelto frecuente que los vendedores de estupefacientes lo mezclen con cocaína, metanfetamina o heroína, dado que la combinación de cualquiera de estas drogas con una pequeña cantidad de fentanilo provoca un efecto mucho más potente y de acción más rápida, a un costo menor, elevando incluso su adicción.
Dicha combinación puede derivar en un narcótico más fuerte de lo que el organismo está acostumbrado a consumir y pueden tener una mayor probabilidad de sufrir una sobredosis.
Tras el enemigo equivocado
El pasado 15 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló sobre el fentanilo y la grave problemática que representa en materia de salud cuando se consume de manera ilegal. En esa mañanera, aseguró que desde su gobierno se implementaron acciones desde varios frentes para evitar su ingreso y distribución en territorio mexicano y dio un paso más, al poner sobre la mesa la posibilidad de que esta sustancia tampoco sea usada para fines médicos, a lo cual hoy se oponen los que saben de medicina.
La postura de López Obrador, hace mes y medio, causó opiniones divididas, y nada ejemplificó mejor el tema que la opinión de algunos especialistas en el tema de farmacología adscritos al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), quienes coincidieron en que la prohibición del fentanilo para su uso médico no iba a ayudar a reducir el problema de adicciones que enfrenta Estados Unidos y por el contrario tendría consecuencias desastrosas para quienes lo usan de manera medicinal en México.
Pero el tema se hizo político, sobre todo por la presión del gobierno de Estados Unidos, así que en días pasados, la Cámara de Diputados aprobó, con 319 votos a favor y 126 en contra, una reforma de la ley que tipifica como delito el desvío de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas como el fentanilo con hasta 15 años de prisión.
La iniciativa presentada por el presidente contó con los votos favorables de Morena, el Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque falta que el proyecto pase en el Senado, donde Morena y sus aliados tienen mayoría.
El proyecto señala que a través de la coordinación interinstitucional se buscará prevenir, detectar y evitar el desvío de los productos químicos esenciales para la fabricación de cápsulas, tabletas o comprimidos para la fabricación de drogas sintéticas. La medida llegó semanas después de que el gobierno federal y Estados Unidos acordaran reforzar la vigilancia en las aduanas para combatir el tráfico de fentanilo y de que se dispararan las tensiones entre ambos países en medio de la profunda crisis de salud pública que se vive en la Unión Americana por el consumo de opioides.
Como era de esperar, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, celebró la aprobación de la medida, calificándola de “importantísima” porque “fue impulsada por el Ejecutivo porque hace varios cambios que van a facilitar el control de drogas”.
Aunque también atenuó su mensaje, al decir que “lo que busca es flexibilidad, que nuevas formulaciones de precursores químicos que se encuentra comúnmente puedan ser vigiladas”. Ante esa declaración, queda claro que toda la industria farmacéutica estará obligada a vigilar el uso de estos precursores y notificarlo a la Cofepris en una plataforma en la que también estará incluida la secretaría de Marina (Semar).
La reforma señala que la secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Guardia Nacional (GN), cooperarán para prevenir, detectar y evitar el desvío de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas, bien sea en cápsulas, comprimidos o tabletas.
Quien sea acusado de tráfico de estas sustancias se le impondrán penas de 10 a 15 años de prisión y una multa equivalente al 10 por ciento de los ingresos obtenidos por dichas actividades. A la persona que tenga en posesión precursores químicos, productos químicos esenciales o máquinas para elaborar cápsulas, tabletas, o comprimidos en territorio nacional, se le castigará con una pena de siete a 10 años de prisión y una multa de 1.000 a 5.000 Unidades de Medida y Actualización (UMA).
La ciencia se manifiesta
En su manifiesto, los especialistas del Cinvestav explicaron que el fentanilo de uso médico se puede usar en presentaciones seguras que permiten el control del dolor por tiempo prolongado, algunas de estas son los parches y las bombas de infusión y sobre la posibilidad de sustituir el fentanilo con fines médicos por otros analgésicos, las federaciones, asociaciones y Colegios de Médicos de México manifestaron su rechazo total a esta medida.
Las 52 federaciones, asociaciones y Colegios de Médicos enfatizaron: “Rechazamos total y absolutamente dicha propuesta (…) el fentanilo de uso médico se usa en el 95 por ciento de las cirugías en México y en todo el mundo, con la finalidad de evitar, disminuir o suprimir el dolor producido por la propia cirugía”.
En su pronunciamiento dirigido al presidente López Obrador y a la población en general, los doctores expresaron en 9 puntos el porqué de su rechazo a la posibilidad de que se prohíba el uso médico del fentanilo en México:
- El fentanilo es el medicamento sintético capaz de suprimir los dolores más severos que pueda sufrir el ser humano por diferentes situaciones y de diferente naturaleza.
- El fentanilo ilegal no es el mismo que se usa en la medicina por profesionales de la salud. El fentanilo ilegal generalmente es de fabricación rudimentaria y apócrifa en laboratorios clandestinos y generalmente va acompañado de otras drogas que lo hacen más adictivo y peligroso para consumo humano.
- El fentanilo de uso médico tiene más de 60 años de usarse en la medicina por especialistas profesionales para complementar sus actividades, especialmente en cirugía de grandes extensiones, en donde se hace indispensable su uso clínico.
- Por sus propiedades farmacológicas y su bajo costo, lo hacen un medicamento que no tiene punto de comparación con otros medicamentos similares existentes en el mercado nacional.
- Además de los anestesiólogos, el fentanilo también es ampliamente usado por otros especialistas de la medicina como los médicos intensivistas, algólogos, oncólogos, tanatólogos, urgenciólogos, servicios de endoscopia y de estancia corta, etc.
- Por su potencia, que es 100 veces mayor que la de su homólogo la morfina, es un medicamento ideal para cirugía mayor.
- La mayoría del fentanilo se usa por vía endovenosa; sin embargo, hay otras presentaciones como los parches dérmicos, que se usan ampliamente en el paciente con dolor por cáncer o en etapas terminales.
- Prohibir el fentanilo en la práctica médica es quitarle a los enfermos el derecho a vivir sin dolor, es retroceder varios años en la historia de algunas especialidades médicas, entre ellas la anestesiología, concluyeron.
Es por ello que los especialistas rechazaron total y absolutamente la eliminación del fentanilo de la práctica clínica diaria, aclarando que el fentanilo que se usa de manera médica está controlado por la autoridad sanitaria, se fiscaliza cada año, sólo se puede adquirir con una receta especial y se regula bajo la Ley General de Salud en su capítulo 234, donde se refiere a los estupefacientes de uso medicinal, por lo que la prohibición no tiene razón de ser.
Redes sociales, unidas en la misma causa
El descontento respecto a la prohibición del fentanilo con usos médicos no ha sido privativo de agrupaciones u organizaciones grandes de especialistas; en los últimos días, médicos anestesiólogos, en lo personal, acusaron en sus redes sociales (menos controladas) la carencia de la sustancia y de derivados de éste, como remifentanilo, las cuales consideran sus principales herramientas de trabajo.
“Hay ya un serio desabasto de fentanilo en los hospitales de México. Es muy importante que se resuelva la situación pues es un medicamento indispensable para una anestesia segura y el control del dolor crónico en pacientes con enfermedades incurables”, denunció en Twitter Alejandro Macías, ex comisionado del gobierno federal para la emergencia epidemiológica por la pandemia de influenza AH1N1.
Es de hacerse notar que las denuncias de carencia de fentanilo las han hecho, particularmente, anestesiólogos de algunas regiones del país y es esperar que esta situación inédita probablemente ocurra por acaparamiento del fármaco tras la propuesta del presidente para prohibir el uso médico de la sustancia.
El malestar generalizado se concentra en lo expresado por el doctor Alfredo Covarrubias Gómez, anestesiólogo especializado en medicina del dolor, quien en su cuenta de Twitter escribió que en el país “ya no hay opioides para tratar el dolor al final de la vida; ahora, el fentanilo empieza a escasear. Al parecer no queda claro que el fentanilo de uso médico está bien regulado y el de uso recreativo se puede hacer en cualquier laboratorio clandestino”.