Las Monarca, ante el riesgo de la extinción
Se acercan los días de convivir con quienes nos precedieron en el camino de la vida. Para lograrlo, tanto vivos como difuntos buscan la manera de lograrlo
Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Se acercan los días de convivir con quienes nos precedieron en el camino de la vida. Para lograrlo, tanto vivos como difuntos buscan la manera de lograrlo; los que están en el plano terrenal hacen los preparativos necesarios para que sus seres queridos se sientan a gusto durante su visita, mientras que las almas de los muertos encuentran la mejor manera de llegar a tan importante reunión.
Según las tradiciones de las comunidades que habitan en el entorno de la Biósfera de la Mariposa Monarca, es por medio de estos hermosos insectos que las almas de los difuntos logran llegar a los bosques de sus ancestros, así que ya se encuentran en camino, listas para su arribo.
No obstante, existe un gran problema que les puede impedir su llegada: la mariposa monarca está en peligro de extinción, según alertó desde 2022 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés); el 21 de julio del año pasado, el organismo alertó de la incorporación del lepidóptero a la lista roja de especies amenazadas, la que se divide en nueve categorías: No Evaluado, Datos Insuficientes, Preocupación Menor, Casi Amenazado, Vulnerable, En Peligro, En Peligro Crítico, Extinto en Estado Silvestre y Extinto. Tristemente, las monarcas se encuentran en la categoría de “En peligro”, a sólo un paso de entrar al peligro crítico.
Esta especie, que cada año hace un recorrido desde Estados Unidos y Canadá a las montañas del estado de México y Michoacán, ha tenido una reducción en su población de 72 por ciento, según datos de la UICN. Algunas de las causas más importantes en su riesgo de extinción son la tala desmedida de árboles y la destrucción de los ecosistemas que habitan.
El riesgo es real, por lo que diversas organizaciones protectoras del medio ambiente y habitantes de los bosques están realizando esfuerzos para que la mariposa pueda gozar de sus santuarios de invierno; sin embargo, el esfuerzo debe ser compartido y ante ello, poco parece importarle el tema a quienes deciden el destino del estado y la nación en todos sus niveles, pues hasta ahora sólo han hecho promesas que a fin de cuentas no son cumplidas.
El clamor de los ejidatarios
La zona donde llega la Mariposa Monarca está conformada por 55 mil hectáreas, de las cuales 14 mil son núcleo, mismas que han sido cuidadas por los ejidatarios; sin embargo, no han tenido acceso a recursos económicos para concluir diversos proyectos, entre los que se encuentran un centro gastronómico, 79 puestos, la reparación y rehabilitación de cuatro cabañas y el camino rural que conduce a la reserva, lo que implicaría una inversión de 30 millones de pesos, un contrasentido si se toma en cuenta que para este año se esperan en la zona ingresos de 600 millones de pesos y una afluencia de medio millón de personas, un número récord tras la pandemia por COVID-19.
Hace apenas una semana, ejidatarios de cinco de los 11 ejidos que conforman la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca lanzaron una advertencia: están hartos ante la falta de apoyos gubernamentales para proteger esta zona, y cómo no, si viven una precaria situación económica que los podría llevar a regresar a la tala clandestina de los frondosos bosques de oyamel.
Los representantes campesinos, luego de denunciar el abandono total de las autoridades estatales y federales que hacen oídos sordos a su demanda de atención a una inversión integral, exigieron voltear a atenderlos o de otra manera, revisarán el decreto emitido en el 2000, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, para observar si se ha cumplido y en el cual se prometía un irrestricto apoyo a cambio de proteger los bosques de la Monarca.
Durante su encuentro con los medios de comunicación, efectuado en Morelia, llevó la voz principal el presidente municipal de Ocampo, Amado Gómez González, quien dio a conocer que, junto con los ejidatarios de cinco ejidos se reunirían con el secretario de Turismo, Roberto Monroy García, que a fin de cuentas les dedicó sólo 15 minutos para atender una demanda de más de 10 años de antigüedad.
Molestos y mostrando su hartazgo, explicaron que esta zona ocupa de una atención integral, recordando que hace 23 años fue emitido un decreto donde se les vetó de hacer uso de los recursos naturales a cambio de recibir apoyos que les permitiría desarrollar actividades con las que vivirían dignamente junto con sus familias, algo que no llegó, por lo que “no tienen de que mantener a sus familias, no aguantan más”, denunciaron.
Gómez González subrayó que “los ejidos están esa posición de, si no me cumples gobierno con los apoyos, mejoras de infraestructura, con los convenios que se hicieron, van a regresar a lo mismo, la tala clandestina, ellos, están en sí no nos cumples vamos a tirar los árboles”.
Ante el micrófono, los representantes ejidales también expusieron su postura; Marino Argueta Contreras, comisario del Rosario, refirió que entre las cosas que solicitaron al titular de Turismo se encuentra un proyecto que no se ha logrado concretar desde hace 8 años, que consiste en el arreglo de 79 puestos de los 269 que existen en el lugar.
A su vez, Sergio Guzmán, secretario general del Ejido El Rosario recordó que, en el acuerdo emitido en el año 2000 para proteger esta área, había también compromisos de las autoridades, así que, si estas no cumplen, tampoco lo harán ellos. “Si ellos no cumplen con lo que prometieron, ¿por qué lo haremos nosotros?, la zona Oriente mantiene a 13 delegaciones del estado de México con agua, ellos están bien felices”, manifestó irritado.
También habló Rosa Evelia Martínez, del ejido Emiliano Zapata, que para su ejido requiere del apoyo para dos cabañas y dos en obra negra, para lo que han encontrado oídos sordos. “Tienen ellos ocupaciones, llega el secretario, nos atiende un ratito, teníamos cita desde hace semanas, pero no fue la atención que tenía que ser, un abandono, porque yo, que tengo un año de representante del ejido, es un tema que nos ocupa y preocupa, necesitamos hacer presión”, expresó.
Opiniones contrapuestas
Mientras los ejidatarios exigen ser atendidos, las cifras alegres del gobierno estatal respecto a la temporada de arribo de las mariposas monarca son optimistas y expuestas, ante… el gobierno federal.
En conferencia de prensa ante medios nacionales, el secretario de Turismo de Michoacán, Roberto Monroy, expuso que se espera un aumento de 12 por ciento en la llegada de turistas y de 22 por ciento en los ingresos económicos frente a años anteriores, en contraposición con la información brindada por los ejidatarios y las autoridades municipales.
Explicó que el estado se ha preparado para albergar a la mariposa monarca: “Se han hecho muchos esfuerzos y afortunadamente la comunidad que rodea los santuarios son los principales guardianes de este patrimonio”, afirmó, recordando a la vez que Michoacán cuenta con 3 santuarios de esta mariposa, considerados los más grandes del mundo, y para este año se esperan ingresos por 600 millones de pesos y una afluencia de 500 mil personas, un número récord tras la pandemia por COVID-19.
En su optimista recuento, enlistó reforestaciones y viveros, además de acciones para que los árboles estén en buen estado y libres de plagas para que las mariposas monarca puedan estar seguras en los santuarios e incluso añadió que “se ha incrementado el presupuesto para poder tener mayor cantidad de pinos, dar más fuerza a la reforestación” (sic).
Las comunidades, siempre atentas
Los apoyos que se les prometieron a los ejidatarios de la zona de la mariposa Monarca no se circunscriben únicamente a los establecidos desde el año 2000 y que no han sido cubiertos; recientemente también demandaron ser incluidos dentro del acuerdo Cutzamala, donde los gobiernos del estado de México y la Ciudad de México pagarán cerca de 300 millones a Michoacán por el envío de agua a esos lugares.
Dentro de la misma rueda de prensa, los comuneros afirmaron que la zona Monarca es la principal generadora de agua en Michoacán para el sistema Cutzamala, por lo que fue injusto que el primer envío de recursos se haya dado a guayaberos de Zitácuaro y Jungapeo, donde se habilitaron sistemas de riesgo.
Levantaron la voz porque “estamos excluidos del acuerdo, nos dejan solos…, solos con la temporada de arribo de la mariposa, que dura cuatro o cinco meses, por mucho”, expuso uno de ellos. “Lo justo es que se pague un peso por litro de agua generada”, refirió el alcalde de Ocampo Gómez González. Según las estimaciones, al año arriban unos 250 mil turistas a la zona Monarca, que abarca unas tres mil hectáreas y de ahí es de donde sobreviven, porque el resto del año no hay más actividad, más que cuidar el bosque, donde también desapareció el programa de servicios ambientales, así que cualquier ayuda siempre será buena.
Es preciso hacer hincapié en que la entidad aporta cerca del 60 por ciento de los volúmenes de agua de la Cuenca del Balsas y 55 por ciento de la Cuenca del Lerma. La cantidad de agua que Michoacán aporta por medio del Sistema Cutzamala a la Ciudad y al estado de México es de aproximadamente veinte metros cúbicos por segundo (20m³/s).
Las dos presas más importantes del sistema son El Bosque y la Tuxpan. La primera fue construida en los años 1951 a 1954 por la Comisión Federal de Electricidad y la Conagua. Se ubica al sur de la ciudad de Zitácuaro, sobre la carretera Benito Juárez, y limita con el municipio de Jungapeo. Bombea agua por los tubos subterráneos que llegan a la presa de Colorines en el estado de México.
En el caso de la Presa Tuxpan, la más importante del Sistema Cutzamala, se trata de una presa alimentada 100 por ciento por el agua proveniente de los bosques de la Mariposa Monarca. No es una presa de almacenamiento, es una presa derivadora, las que generalmente no retienen agua en un reservorio; en cambio, el agua se desvía hacia un curso artificial de agua, en este caso hacia el Sistema Cutzamala.
En estos bosques, pertenecientes a los municipios de Senguio, Angangueo y Ocampo, existen, además de las tres cabeceras municipales: 63 localidades rurales de Senguio, 22 de Angangueo y 44 de Ocampo, para un total de 129 comunidades rurales, mismas, que junto con las cabeceras municipales, hacen un total de 55 mil 499 habitantes (19 mil 833 de Senguio, 10 mil 892 de Angangueo, y 24 mil 774 de Ocampo), los que en tiempos de sequía y ante las demandas hídricas de la Ciudad de México, hoy sufren los estragos de quedarse sin el vital líquido, como ya se puede ver en los bosques de oyamel donde pasan el invierno la mariposas monarca.
A todo eso habría que añadirle que, en agosto de 2017, la federación hizo el anuncio de “No hay dinero”, como respuesta para justificar el retiro del apoyo federal para las zonas naturales protegidas del estado. Desde 2015, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas dejó de erogar recursos para la preservación, manejo y protección de dichas importantes zonas de Michoacán, por lo que su deterioro se acelera día con día, como se puede observar ahora.
El panorama no podría ser más desalentador, pues existe ausencia de programas de manejo oficiales, así que está a su suerte mucho del patrimonio ambiental de Michoacán, incluida la biósfera de la Mariposa Monarca.
La opinión de conocedores
Luego del retiro temprano de las mariposas, en marzo de este año, de su zona de hibernación, los especialistas advirtieron que esta especie migratoria está en riesgo: nuevos informes revelan una fuerte disminución de la población y una pérdida de hábitat en los bosques donde pasan el invierno.
En solo un año, la presencia de mariposas monarca en sus lugares de invierno se redujo en un 22 por ciento, de 2.83 hectáreas, a casi 2.22 hectáreas. Esto es parte de una tendencia mayormente a la baja en los últimos 25 años, cuando las monarcas alguna vez cubrieron más de 18.21 hectáreas de bosque.
Cada año, las mariposas monarca del este viajan hasta 4 mil 500 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta sus lugares de invierno en los bosques de México. Allí, en lo que se conoce como la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, las mariposas se agrupan y se abrigan del viento, la lluvia y las bajas temperaturas.
Los lepidópteros requieren de rutas migratorias vastas y saludables, así como de bosques grandes y resistentes para sobrevivir durante el invierno. Hoy en día, las mariposas monarca enfrentan una reducción del hábitat de reproducción en Estados Unidos debido a la aplicación de herbicidas y cambios en el uso del suelo, así como a la degradación forestal en los lugares de invierno en México. Las condiciones climáticas extremas en todos estos ecosistemas pueden agravar su declive.
No se trata solo de conservar una especie, se trata también de conservar un fenómeno migratorio único en la naturaleza, pues las mariposas monarca contribuyen a la salud y diversidad de los ecosistemas terrestres en América del Norte, ya que transportan el polen de una planta a otra. Dado que el 80 por ciento de la producción agrícola de alimentos depende de polinizadores como las mariposas monarca, cuando las personas ayudan a las especies, también se ayudan a sí mismas.
Como se puede ver, debido a un sinfín de factores, el número de mariposas monarca ha disminuido en los últimos años. Los expertos afirman que la sequía, las inclemencias meteorológicas y la pérdida de hábitat, especialmente del algodoncillo donde las monarcas ponen sus huevos, así como el uso de pesticidas y herbicidas, el cambio climático y la tala ilegal, suponen amenazas para la migración de la especie.
Pero finalmente, ¿cuándo llega la mariposa monarca a México? El espectáculo está por iniciar en Michoacán y en el estado de México y con todo y sus problemas, en noviembre abrirán los santuarios para poder visitarlas.