Editorial| Aquí nos tocó vivir; aprender a convivir con las sacudidas
Esta semana, Michoacán y particularmente los municipios de Coalcomán, Aquila y Chinicuila, han sido sacudidos por dos fuertes sismos que provocaron daños severos a la población en sus viviendas, templos, plazas y edificios públicos.
Viven con gran miedo sobre el momento de que la naturaleza vuelva a golpear, y más de madrugada, como sucedió este jueves.
Los memes ha resultado una forma de catarsis para las experiencias que por fortuna, no han cobrado vidas humanas ni de animales. Pero ronda la versión de que pudiera estar naciendo otro volcán en el estado.
Expertos del Instituto de Investigaciones Geológicas y Atmosféricas consideran que por ahora es difícil considerarlo, pues si bien puede existir actividad sísmica intensa y continua, previamente al nacimiento de un volcán, no hay nada que lo evidencie y los eventos telúricos se han registrado, se dan a la profundidad óptima en la que está ubicada la zona de contacto de las placas de Coco y Norteamericana. Lo que se conoce como el “cordón de fuego”.
Desde el temblor del lunes 19, con magnitud de 7.7, se han registrado cerca de mil 500 réplicas que no fueron perceptibles hasta ayer en la madrugada con el movimiento de 6.9, que sí se considera otro temblor y no necesariamente réplica.
En este escenario, los especialistas no descartan otro sismo de magnitud 6 y en adelante, más réplicas cada vez más pequeñas.
Como sea, es nuestro planeta, nuestro país y aquí nos tocó.
Sean sismos o terremotos, a los humanos no nos queda más que esperar, siempre en alerta y consolidar una cultura de la prevención en casos de esta naturaleza y de desastres.
Y aunque muchos lo consideren ocioso, los simulacros de Protección Civil cada año el 19 de septiembre por las tragedias de 1985 y 2017, son la mejor manera de concientizarnos sobre los fenómenos telúricos y que la tierra no siempre es firme.
Ahí están las dos personas de la Ciudad de México, que murieron, uno por el susto y una mujer que cayó por sus escaleras.
Es importante siempre recordar qué hacer ante un temblor.